Bienvenido. Welcome. Bienvenu. Willkommen.

Que vivimos en tiempos furiosos. Que no nos toleramos a nosotros mismos ni por un segundo. Que nos han enjaretado las ineptitudes de nuestros padres. Que nuestras naciones parecen rellenos sanitarios.
En medio de todo, yo escribo. Me siento faro ante la tenebrosa noche. Me siento falo, derechito para el cielo. Ésta es mi vida, mi carro, mi escuela, mi casa, mi trabajo. Ésta es la huella que tú, por certeza o por pereza, has decidido también acoplar a tu paso.

jueves, 22 de enero de 2015

El amor nunca debe ser flojo

El amor nunca debe de ser flojo. Sería ideal que nunca amáramos (románticamente) a una misma persona dos veces. Digo, es tan fácil. El mismo cuerpo, el mismo rostro. Cómodo y conocido. Pero en el momento en que el propio corazón decide latir en un ritmo diferente al de nuestra pareja, qué miedo. A quién no le gusta la seguridad de saber que con precisión minutera llegan siempre los besos y las caricias por encargo.
El amor nunca debe de ser flojo y debe siempre ser un ejercicio completo, de principio a fin. Comenzar por un primer encuentro, un primer beso y culminar en el último de todos los deseos.
Y el amor puede ser largo o corto. Durar un suspiro o encontrarte a lado de tu ser querido, en el lecho final, a muchos años de aquí. El amor puede verles crecer juntos, convertirse en adultos, caminar juntos al trabajo, comprar una casa, adoptar un cachorro.
Pero el final, siempre debe de ser el final. Olvídalo, recuérdalo, es lo mismo y no importa. Pero vida hay poca y corazones muchos. Corazones como el tuyo y como el mío. Con furia y poesía, y paseos nocturnos, y canciones. Merecedores de una oportunidad.
El amor nunca debe de ser flojo. Ama pronto, ama fuerte, y no recicles.

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