Bienvenido. Welcome. Bienvenu. Willkommen.

Que vivimos en tiempos furiosos. Que no nos toleramos a nosotros mismos ni por un segundo. Que nos han enjaretado las ineptitudes de nuestros padres. Que nuestras naciones parecen rellenos sanitarios.
En medio de todo, yo escribo. Me siento faro ante la tenebrosa noche. Me siento falo, derechito para el cielo. Ésta es mi vida, mi carro, mi escuela, mi casa, mi trabajo. Ésta es la huella que tú, por certeza o por pereza, has decidido también acoplar a tu paso.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Las fauces de un idiota.

Ver al espejo y preguntarte quién es el idiota del otro lado. Los ojos, la nariz, la barba siguen siendo los mismos. Pero existen esos pequeños detalles que lo revelan todo. Tu pecho se llena con una respiración más plena, más serena. Debajo de tus ojos reposan sombras, evidencia de las noches sin descanso en las que te has dedicado a ser feliz, a estar triste, a seguir siendo un idiota. 

Pero hay un cambio menos perceptible, más aterrador. Es tu mirada. No la mirada de cachorro y llena de nubes, esa, tan habitual y que se te daba con tanta naturalidad. Hoy miraste en el espejo y aparecieron grietas, cicatrices. Hoy miraste en el espejo y eran colmillos mordiendo. Miraste en el espejo y eran grandes las fauces de una bestia herida bajo un cielo rampante, furioso y ofendido. 

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